Cuando buscamos actividades extraescolares para los pequeños
debe ser siempre contando con su opinión aunque algunas veces lo que los niños
quieren hacer puede no ser una actividad extraescolar, y habrá que respetar su decisión.
A pesar de que es complejo establecer mínimos y máximos, lo
cierto es que no conviene cargar al niño con más de dos actividades fuera del
horario de clase, pero sean las que sean, lo que no debe hacerse es
justificarse los extras con las expectativas propias de los adultos (aquellos
padres que quieren que sus hijos hagan lo que ellos no pudieron hacer), ni con
la inversión del futuro (eso de que el ingles y la computación le servirá mucho
mejor cuando sea mayor)
Las actividades extraescolares deben tener un carácter complementario,
que no secundario, en la formación integral del pequeño.
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