Algunos recién nacidos tienen los ojos casi siempre
humedecidos o llenos de lagañas. Se deben a una obstrucción de los conductos
por los que circulan las lágrimas (que drenan la nariz) y se puede corregir con
sencillas maniobras.
Si damos un masaje con los dedos, en sentido descendente, sobre el saco naso lagrimal (entro los ojos y la nariz) favoreceremos la salida
de las lágrimas.
Y también podemos ayudar limpiando los párpados del bebe con
agua caliente, suero fisiológico o so el pediatra aconseja usar un colirio.
Si estas medidas son insuficientes, el oftalmólogo dilata y
hace un sondaje en las vías lacrimales antes del cuarto mes.
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