En general, los bebes dejan de babear cuando aprenden a tragar saliva, a
partir de los 12 meses y cuando termina la etapa de dentición, entre el año y
medio y los dos años.
El hecho de que la cantidad de babas sean mínima en algunos periodos y
vuelva a aumentar en otros, puede ser debido a la erupción de un nuevo diente y
también de una pequeña herida o ampolla que tenga en la boca.
Para aliviar las molestias, el pequeño mantiene la saliva en la cavidad
bucal y evita tragarla. En otras ocasiones en un incremente de la producción de
saliva puede haber algún tipo de infección (puede ser de encías, de boca o de
garganta).
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