Si te ha acatarrado tu hijo con la clásica pregunta ¿Y porque?, de forma clara y sencilla, sin extenderte en explicaciones aburridas que dificilmente te podrá entender.
Procura no poner mala cara, no lo regañes ni te enfades, no eludas jamas ninguna pregunta, nunca pienses que es demasiado pequeño para saber ciertas cosas.
Motivalo para que te plantee nuevas preguntas y permite que el tenga su propio punto de vista, no pretendas tener respuestas exactas para todo, eso es imposible, ya que afortunadamente la curiosidad infantil no tiene limites.
Participa en su mundo de ideas, nunca le mientas, pero utiliza la imaginación cuando no conozcas las respuestas exactas, intenta disfrutar contestando como el pregunta, hazle entender que aunque te gusta contestarle tu también necesitas de unos momentos para ti.
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