Generalmente los horarios fijos de alimentación están hechos de acuerdo con la comodidad de la persona que alimenta al bebe y no según las necesidades de este. Cada bebe es diferente a los demás, por eso es un principio mejor guiarse por las necesidades que este expresa y de acuerdo con ellas se podrán reconocer y establecer un horario.
Esto también resulta aplicable a las comidas durante la noche, no creemos conveniente forzar a un niño a pasar la noche sin ingerir alimento dejándolo llorar indefinidamente. En esta forma progresiva el solo espaciara las comidas de la noche hasta que pueda suprimirlas totalmente.
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