Aunque no esta valorada, la exposición al ruido es perjudicial para la salud. En especial en los niños ya que el ruido interfiere en el descanso y la calidad del sueño creando estrés. Los ruidos intensos y persistentes en horario escolar pueden deteriorar la capacidad de aprendizaje, puede ser incluso perjudicar el desarrollo cognitivo, retrasando el aprendizaje de la lectura y obstaculizando la memorización.
Las principales fuentes de contaminación acústica son el tráfico intenso de las ciudades y el tráfico aéreo, en el caso de las personas que viven cerca de aeropuertos. Sin embargo pueden intentar actuar sobre la calidad sonora del ambiente en que se vive. Los padres y profesores deberían educar a los niños a no tener la televisión o el equipo de música a todo volumen, a no abusar de los auriculares y a no dar portazos o arrastrar las sillas.
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