La piel está caliente e inflamada, algunas veces se forman
ampollas, el niño siente escozor y prurito, las causas son el estar mucho tiempo expuesto al sol sin la
debida protección, o durante las horas mas cálidas del día, puede sufrir un
eritema solar, provocado por la acción de los rayos ultravioletas.
Para aliviar el trastorno, es preciso aplicar sobre la zona
afectada una crema calmante y refrescante. Si la molestia es leve y la zona
afectada no es muy grande puede ser suficiente aplicar una loción para después del
sol varias veces al día.
En cambio si el escozor es muy intenso es aconsejable
acudir a un pediatra, quien prescribirá una pomada o crema específicas que
deben administrarse durante 4 o 5 días.