No, siempre y cuando se tomen algunas precauciones extras, la futura mama puede exponerse al sol, pero con prudencia y de forma gradual, siguiendo
las precauciones validas para todos.
Además, debe prevenir con productos específicos el llamado
cloasma gravídico, o paño, que son las manchas oscuras que aparecen, sobre
todo, en la zona T de la cara y que, a veces, resultan muy visibles y marcadas
en las pieles oscuras.
Para finalizar, la futura mama debe protegerse especialmente
de los excesos del calor, provocados, sobre todo, por los rayos infrarrojos.
Esto puede ocasionar un descenso de la tensión (algo frecuente en el embarazo),
con el riesgo de que se produzcan desmayos y mareos, y acentuar las
dificultades circulatorias de las piernas, con la aparición de capilares y
varices.
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