Celiaquía es cuando se es intolerante al gluten (exactamente,
a la gliadina, una de las partes que lo componen), una proteína que se
encuentra en algunos cereales, como el trigo, el centeno, la avena y la cebada.
Por este motivo, no se recomienda introducir esta sustancia
en la dieta de un niño antes del sexto u octavo mes.
La gliadina ejerce el efecto toxico sobre las paredes del
intestino delgado del niño, causando la destrucción de las vellosidades que
recubren la mucosa del mismo.
Las madres de los pequeños que padecen celiaquía no deben
desesperarse; existen muchos alimentos carentes de gluten, que los protegen de
la enfermedad.
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