Indica la capacidad que tiene el producto para proteger la
piel de rayos UV, que es proporcional al tiempo de exposición.
Durante los primeros días de vacaciones, cualquier tipo de
piel, desde la más clara hasta la más oscura, debe tratarse con un producto
solar que tenga una pantalla total o una protección muy elevada (mínimo SPF 30).
El organismo necesita unas 48 a 72 horas para empezar a
producir melanina, el pigmento natural que protege la piel de los rayos UV que
estimula el bronceado.
Transcurrida una semana, se puede bajar el índice de protección,
en porción al tiempo de exposición, un ejemplo: si tu pequeño se le pone la piel roja después de
10 minutos al sol sin protección, con un filtro de 15 puedes exponerte 15 veces
más (en este caso dos horas y media)
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