El pequeño tiene frecuentes deposiciones liquidas, a veces
acompañadas de vómitos, en verano, las condiciones climáticas favorecen la proliferación
de microbios, especialmente en algunos alimentos, como las cremas y los
helados, no obstante, en la arena, también se pueden encontrar numerosos gérmenes,
sobre todo los de procedencia intestinal, debido a la concentración de muchas
personas en el mismo lugar.
El resultado son las molestas gastroenteritis, algunas de
las cuales, como la salmonelosis, se contagian con mucha facilidad.
Ante la presencia de diarrea, es preciso prevenir la deshidratación
de niño, ofreciéndole líquidos con frecuencia, a pequeños sorbos. Puede ser suficiente
agua o, si las deposiciones son numerosas, una solución electrolítica (se vende
en las farmacias). Sin embargo no deben ser administrados medicamentos que
bloqueen la diarrea, ya que es útil para eliminar los microbios del organismo.
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